miércoles, 22 de diciembre de 2010

Wikileaks revela datos de los mercenarios

La matanza de la plaza Nisour en Bagdad no fue la única ocasión en que los mercenarios a sueldo de las autoridades norteamericanas mataron a decenas civiles inocentes en territorio de Irak.

Los documentos difundidos por Wikileaks revelan otros casos en que los agentes privados de organizaciones como Blackwater abrieron fuego de forma indiscriminada o confundieron vehículos civiles con “potenciales” amenazas terroristas.

Diecisiete personas murieron el 16 de septiembre de 2007 cuando los agentes de Blackwater dispararon sobre decenas de vehículos en mitad de un atasco en una zona céntrica de la capital. Fue la primera vez en que la actuación de los mercenarios trascendió en los medios de comunicación de todo el mundo, pero los incidentes se habían repetido antes con frecuencia sin tener tanta repercusión fuera de las fronteras de Irak.

En los documentos de Wikileaks, hay al menos otros 14 casos que describen, sin muchos detalles, ataques de miembros de Blackwater contra civiles. El recuento de víctimas de estos nuevos casos es de diez muertos y siete heridos. En varios casos, los mercenarios estaban protegiendo a autoridades de EEUU, es decir funcionarios estatales o miembros de la cooperación internacional.

Pistoleros a sueldo

En mayo de 2005, un documento explica que un equipo de Blackwater disparó contra un coche civil matando al conductor y dejando heridos a otros dos ocupantes, una mujer y un niño.

Los mercenarios no se detuvieron y siguieron su camino. Un año después, otro equipo de Blackwater volvió a hacer lo mismo después de que explotara una bomba cerca del convoy protegido. El vehículo alcanzado es una ambulancia y su conductor muere acribillado.

La conducta de los mercenarios en las fuerzas de ocupación norteamericanas en Irak fue uno de los factores que predispuso a la población iraquí contra los extranjeros. No fue hasta la matanza de Nisour cuando el Gobierno iraquí se decidió a protestar ante Washington y amenazar con prohibir la presencia de empresas de seguridad privada.

Si bien el Gobierno iraquí llegó a retirar a Blackwater la licencia para operar en el país, la compañía siguió cumpliendo el contrato que tenía firmado con el Departamento de Estado para proteger a los diplomáticos estadounidenses.

Un cable revela que “centenares de personas protestaron contra la presencia de los cuerpos de seguridad”. Otro cable destaca el temor entre los funcionarios “porque la situación se torne crítica y el pueblo iraquí nos considere un enemigo que hay que detener por todos los medios”.

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