“Nunca he dado ninguna información a cualquiera de los Gobiernos, y nunca tomaron nada de mis ordenadores portátiles”, dijo.
La acusación de que China había tenido acceso a sus ordenadores salió publicada el pasado 24 de junio en el periódico “The New York Times”, sin ningún tipo de pruebas ni atribución a fuente identificada salvo “dos expertos de inteligencia occidentales” que “trabajaban para grandes agencias de espionaje del Gobierno”, añadió el periódico británico.
El periódico brasileño “O Globo” ha publicado detalles de los millones de correos electrónicos y llamadas que recolectó la NSA en la mayor parte de América Latina. La reacción de todo el continente ha sido la misma que en Europa, y en Brasil en particular: furia por esas denuncias.
Negación
Las autoridades de EEUU negaron haber instalado una “base de espionaje” en Brasilia, como había informado “O Globo”, afirmó ayer el canciller brasileño, Antonio Patriota.
El responsable de la diplomacia brasileña aseguró en una audiencia pública en el Senado que el embajador estadounidense en Brasilia, Thomas Shannon, negó que su país hubiera usado una base en Brasil o haber contado con el apoyo de empresas brasileñas para labores de espionaje.
Shannon, que mostró su “disposición al diálogo”, reconoció que los servicios de espionaje estadounidenses, actuando desde su propio territorio, registraron “metadatos” de comunicaciones telefónicas y cibernéticas de ciudadanos brasileños, según Patriota.
Esos metadatos consisten en números de teléfono, fecha, horario y duración de las llamadas y el tráfico de correos electrónicos, pero no su contenido.
No obstante, Patriota dijo que las aclaraciones dadas hasta ahora por EEUU “no son suficientes” y anticipó que Brasil irá más allá de la protesta inicial.
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