Ibalpiel e Ibalel serían los primeros espías identificados en la historia de la Inteligencia, según el historiador español Juan Carlos Herrera Hermosilla, autor del libro Breve historia del espionaje. Hammurabi, rey de Babilonia entre 1792 y 1750 antes de Cristo, tuvo una red de espías para penetrar la ciudad mesopotámica de Zimri-Lim, para minar los planes de sus comandantes. No obstante, las autoridades de Zimri-Lim recurrieron al contraespionaje para conseguir datos de primera mano en la corte de Hammurabi. Esta tarea fue encomendada a dos embajadores: Ibalpiel e Ibalel, quienes se encargaban de recolectar la información clasificada sobre los movimientos del monarca y enviarla mediante correspondencia a su rey. Fueron descubiertos y castigados por el autor del Código Hammurabi, famoso por la Ley del Talión que dicta: “ojo por ojo, diente por diente”.
Jesús fue vigilado por ‘agentes’ de los sacerdotes
El primer testimonio sobre un caso de espionaje en la historia de la humanidad se encuentra en la Biblia, según el historiador español Juan Carlos Herrera Hermosilla. Éste relata que Dios le pidió a Moisés, tras dejar el desierto de Sinaí, que enviara a un príncipe de cada una de las 12 tribus de Israel para explorar la tierra de Canaán, quienes le informaron sobre el poder de los pueblos que habitaban en la zona. También la primera Mata Hari figura en las sagradas escrituras: Dalila, contratada por los filisteos para que descubriese la fuente de la fuerza del israelita Sansón, al cual sedujo y le convenció para que le confiese que la clave era su melena, que Dalila mandó cortar. Igualmente San Marcos escribió en el Nuevo Testamento que Jesús fue vigilado por espías, fariseos y herodianos, enviados por los sacerdotes para “sorprenderle en alguna palabra” durante sus alocuciones.
Los secretos de guerra fueron botín en la Grecia antigua
El espionaje tuvo su campo de acción en los conflictos bélicos, en la Grecia antigua. Por ejemplo, La Iliada narra lo sucedido en la célebre Guerra de Troya, cuando el aqueo Nestor solicitó un héroe para ingresar a territorio enemigo, capturar a un soldado y averiguar los planes del Ejército troyano; Diómedes y Ulises tomaron la misión, pero el troyano Héctor mandó a su fiel Dolón para similar trabajo. Al final, los aqueos capturaron a Dolón, le obligaron a revelarles la distribución de las tropas adversarias y lo mataron. Otra historia involucra al rey persa Jerjes: tres espías griegos fueron atrapados en su campamento, empero, el monarca intercedió por ellos y los hizo pasear y observar los entrenamientos de sus dirigidos, tras lo cual fueron liberados; luego, Jerjes explicó que hizo esto para que el enemigo se enterara del poderío de sus fuerzas y quedara desmoralizado.
El imperio romano se valió del engaño para sus fines
En la antigüedad, los romanos se preciaban de ganar las guerras por la fuerza de sus legiones, explica el historiador español Juan Carlos Herrera Hermosilla; sin embargo, igual se valieron de engaños y astucias. Un relato involucra al cónsul Quinto Fabio Máximo, que envió a su hermano Fabio Ceso al bosque Ciminio, disfrazado de campesino, para integrar a los etruscos a la causa romana; el “maestro del disfraz” consiguió la alianza con los umbros de Camerium. Incluso los aristócratas tenían su red de espías particulares para enterarse de lo que pasaba en el Senado y en sus hogares. En el mandato del emperador Julio César, los romanos sabían que debían celebrar las victorias y llorar las pérdidas de vidas porque los informantes de César le comentaban todo lo que ellos hacían; sin embargo, este genio militar fue asesinado por colaboradores, pese a que le filtraron la información.
La Santa Inquisición fue una gran red de Inteligencia
La Santa Inquisición impulsada por las autoridades de la Iglesia Católica durante la Edad Media, implicó la organización de una verdadera red de espionaje que no tuvo fronteras, ni límites. El historiador español Juan Carlos Herrera Hermosilla señala que esta medida se aplicó desde 1184 y buscaba defender la ortodoxia del clero católico frente a las distintas herejías que proliferaron por Europa. La estructura de sus tribunales integraba a servidores laicos que participaban en las persecuciones y arrestos de los sospechosos; eran una especie de “policía secreta”. Más aún, todo ciudadano tenía la obligación de denunciar cualquier acto que iba en contra de las reglas dictadas por el Santo Oficio. El servicio de Inteligencia inquisitorial extendió sus tentáculos para controlar los libros publicados, los servicios postales e indagaba la vida de los acusados de ir en contra de los dogmas eclesiásticos, sobre todo aquellos involucrados con la brujería.
Episodios clave en la era moderna
El hombre que reclutó a la esposa de Napoleón
El inicio del espionaje moderno se armó en los imperios británico y francés, especialmente. La Revolución Francesa de 1789 fue igualmente un espacio para la participación de agentes encubiertos; más aún tras la insurrección y el ascenso al poder de Napoleón Bonaparte y la conformación de su imperio. Uno de los personajes más influyentes en el espionaje de esa época fue el político francés Joseph Fouché, ministro de Policía que era capaz de infiltrar a sus agentes en cualquier círculo social. Todo un maestro, ya que incluso reclutó a Josefina de Beauharnais, la esposa de Napoleón, para recabar informes del emperador.
La Primera Guerra Mundial desarrolló más técnicas
Los avances tecnológicos y científicos del siglo XX trajeron consigo el desarrollo de las técnicas de espionaje para acceder a información clasificada. La Primera Guerra Mundial (1914-1918) fue el escenario para que infiltrados provean información de los bandos enfrentados. Este hecho histórico sirvió para la utilización de cámaras aéreas que resaltaban por la nitidez de sus imágenes y se utilizaron para el reconocimiento de los campos de batalla, y se dio un auge en los métodos para encriptar los mensajes secretos. Tras el conflicto, Estados Unidos manejó la creación de una agencia de Inteligencia: Cámara Negra.
Lucha de mensajes en la Segunda Guerra Mundial
La Segunda Guerra Mundial (1939-1945) elevó a la máxima expresión el trabajo de los servicios de Inteligencia y, especialmente, de los espías. La Alemania nazi utilizó una máquina para la encriptación de mensajes, conocida como Enigma, y otra descodificadora, El Coloso. La BBC emitió, en sus noticiarios, recados codificados para los partisanos franceses. Los japoneses usaron un complejo código para sus comunicaciones a la Armada, llamado JN25. Los aliados, entre los que se incluía Estados Unidos, y Alemania implementaron una dura lucha para la interceptación e interpretación de mensajes.
La Guerra Fría dio nacimiento a la CIA y la KGB
Tras finalizar la Segunda Guerra Mundial en 1945, se conformaron dos bloques antagónicos que lucharon por la supremacía mundial: uno liderado por Estados Unidos, que enarboló el capitalismo, y el otro por la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), que propugnó el socialismo. La Guerra Fría duró hasta 1991 y se dio en los planos político, ideológico, económico, social, tecnológico, militar, informativo y hasta deportivo. Ello provocó el nacimiento de los cuerpos secretos, para el acceso a información confidencial, como la KGB (Comité para la Seguridad del Estado) y la CIA (Agencia Central de Inteligencia).
La leyenda de la red Echelon o de los Cinco Ojos
La red Echelon es también conocida como de los Cinco Ojos. Desde el siglo pasado, es considerada la mayor red de espionaje dedicada a la interceptación de comunicaciones electrónicas. Estaría conformada por un quinteto de países: Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Australia y Nueva Zelanda, que integran la comunidad UKUSA. El poder de ésta radica en que puede capturar la información mediante radio y satélite, tanto de faxes como llamadas telefónicas y correos electrónicos. Abarca casi todo el mundo y cuenta con un análisis automático y de clasificación de los datos interceptados. Su vigencia ha vuelto al tapete de discusión tras las revelaciones del informático Edward Snowden.
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