El presidente Evo Morales presionó a los medios opositores mediante el cobro de impuestos, la compra de espacios publicitarios y tratando de comprar aquellos que se caracterizaron por la crítica al Gobierno, según revelan comunicaciones confidenciales de la Embajada de Estados Unidos en La Paz fechadas en diciembre de 2008.
El cable 184347, difundido por el periódico español El País, deja al descubierto la política del líder de los cocaleros y del Movimiento Al Socialismo (MAS), apoyada por el Gobierno venezolano de Hugo Chávez, para disminuir el vigor de los medios a los que considera opositores a su corriente de izquierda.
La copia del documento confidencial, filtrada por el portal WikiLeaks, transmitida en su versión original en inglés y en una traducción libre, corresponde al 22 de diciembre de 2008, el año en que se libró una batalla entre el occidente favorable al Presidente indígena y el oriente, donde se asentaba la oposición conservadora conformada por terratenientes, empresarios y exportadores.
“A través de asaltos (arremetidas) verbales y financieras, el Gobierno boliviano está tratando de manipular la forma de presentar las noticias en este país”, señala el documento clasificado por la consejera Denise Urs.
Entre las tácticas empleadas se cita el cobro de adeudos impositivos, la inversión de sumas elevadas en publicidad “para influir en las líneas editoriales y así crear una cortina de humo sobre la realidad”.
Se menciona el caso del cobro al periódico local La Razón de una factura por impuestos de “casi cinco millones de dólares, por no haber pagado durante 2006”.
“Altos ejecutivos de La Razón especularon a oficiales de la sección de Relaciones Públicas que esta factura sería un intento de intimidar al matutino a moverse de su tradicional postura editorial antigubernamental. La deuda impositiva también reduciría el valor de la empresa para que pudiera ser vendida a un menor precio”.
El periódico, creado en 1990, posteriormente cambió de propietario. En octubre reciente, los trabajadores del medio cumplieron una huelga porque cuestionaron la nueva línea editorial ahora favorable a la aplicación de la Ley contra el Racismo, una norma resistida por los defensores de las libertades de expresión y de prensa. “Con sólo una excepción, la red televisiva antigubernamental Unitel, todos los medios grandes de Bolivia aceptan publicidad pagada directamente del Gobierno, incluyendo spots que catalogan a los medios como mentirosos y sugieren que los bolivianos no deberían creer lo que leen, ven y escuchan de los medios”, agrega el cable diplomático.
La comunicación hace referencia a la negociación de empresarios venezolanos para la compra de la red televisiva ATB, como también de numerosos periódicos que están con problemas financieros.
“Inversores venezolanos están tratando de comprar varios medios, incluyendo el segundo matutino de La Paz, La Prensa, pero aún no hay evidencia de que esta venta se haya realizado”, afirma el cable filtrado de la Embajada de Estados Unidos asentada en La Paz. Destaca la donación de nueve millones de dólares para el canal estatal y la presencia de “expertos de Venezuela” para asesorar al presidente Morales.
Las nacionalizadas financiaron la imagen de Evo
“La nacionalización de ciertas compañías también ayudó al Gobierno a mover su agenda hacia los medios. El 1 de mayo (2008), el presidente Evo Morales nacionalizó la gigante de las comunicaciones Entel (Empresa Nacional de Telecomunicaciones), una de las empresas que invierten en publicidad en el país. El Gobierno también ha sido acusado de usar enormes presupuestos publicitarios de las empresas que nacionalizó, incluyendo Entel, para premiar a los medios que publican artículos pro gubernamentales y castigar a los que no lo hacen”.
El texto corresponde a un cable enviado desde la ciudad de La Paz por la Embajada de Estados Unidos al Departamento de Estado en Washington, y describe algunos métodos usados por el Gobierno de Morales para disminuir la fuerza de los medios de información que cuestionaron las políticas del mandato de izquierda.
El informe diplomático pregunta: ¿Quién es el dueño de los medios (de comunicación)?, y responde con algunas aproximaciones. “Aunque la mayoría de los medios en Bolivia son de dueños privados, es difícil determinar quiénes son los propietarios. No hay registros públicos que prueben la propiedad, y compañías o individuos que tienen participaciones mayoritarias pueden vender sin un registro público que los rastree. Hay rumores frecuentes de la venta de medios, pero pruebas de ellas son cero y los rumores rápidamente se desvanecen”, anota el cable confidencial.
Atribuye al “dinero venezolano” la construcción de una red de medios técnicamente más fuerte a favor del Gobierno “y populista en las ciudades más importantes de Bolivia, llamada Radio y Televisión Popular”, aunque señala que hay quienes le restan crédito.
En guerra con periodistas
El presidente Evo Morales acusó ayer a algunos periodistas y medios de comunicación de haber “engañado y mentido al pueblo”, y aseguró que no se recabaron 800.000 firmas para impulsar una iniciativa ciudadana para derogar el artículo 16 y revisar el 23 de la Ley Contra el Racismo.
“Estoy seguro que no son los periodistas, son algunos periodistas que se taparon la boca han sido usados y engañados (…) Habían sido sólo 32.000 firmas, no un millón ni 800.000. Yo incluso podía decir que son 32.000 racistas, para mí, hay sólo 32.000 racistas nada más, porque estaban rechazando con las firmas la ley de lucha contra el racismo”, según informó la agencia de noticias ANF.
El Mandatario recordó que la iniciativa legislativa ciudadana instituida en la Constitución Política del Estado no sólo se la hace con firmas, sino que “todo ciudadano puede presentar un proyecto de ley”, pero que en este caso falta la reglamentación a través de una legislación.
Los nuevos “enemigos”
El presidente Evo Morales volvió ayer a señalar que la principal oposición a su Gobierno está representada por los medios de comunicación. No obstante, según analistas, construyó su poder y su influencia precisamente sobre la popularidad que le brindaron periodistas y medios.
Sus luchas dirigiendo a los cultivadores de hoja de coca y en contra del poder estadounidense sumergido en las políticas antinarcóticos lo encumbraron pronto entre los comunicadores, que hasta se convirtieron en asesores voluntarios de imagen, según ha confesado el Presidente en más de una oportunidad.
Pero su llegada al poder, con el respaldo del voto popular, cambió su orientación respecto de sus viejos amigos y de pronto comenzó a atacarlos con adjetivos como “pollos de granja” o “vuvuzelas”, por las preguntas, esta vez al gobernante. Morales es un convencido de que los periodistas están sometidos a las líneas editoriales de sus medios.
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