El 31 de marzo de 2006, el ex embajador estadounidense envió a Washington una descripción de las figuras del nuevo Gobierno en Bolivia. El documento, filtrado por Wikileaks, muestra la desconfianza que tenía Greenlee hacia los principales asesores del Presidente.
Álvaro García Linera es “ambicioso”, Carlos Villegas tiene “ideas trasnochadas”, Juan Ramón Quintana es “antiestadounidense resentido”, mientras que David Choquehuanca es una “figura decorativa” en el gabinete. Greenlee es particularmente duro con Santos Ramírez, el entonces Presidente del Senado y hombre influyente en las decisiones que toma Morales. “Podría vender hasta a su madre para obtener lo que busca, es un flagrante oportunista”.
El documento define al Vicepresidente como el “portero” del círculo de intelectuales que rodeaba al Jefe del Estado plurinacional.
“García Linera tiene sus propias ambiciones. Es un intelectual agudo involucrado en desacreditadas teorías económicas, políticas y filosóficas”.
Greenlee trata de manera similar al actual presidente de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos y ex ministro de Planificación del Desarrollo, Carlos Villegas. “Es un profesor de economía de la UMSA que se empapa en teorías económicas socialistas anticuadas y todavía no ha aceptado las realidades prácticas de una economía globalizada”. El documento señala que la actual cabeza de Yacimientos recién estaría entendiendo la importancia del libre mercado y la creación de empleos.
Juan Ramón Quintana, ex ministro de la Presidencia, guardaría un “viejo resentimiento” contra los Estados Unidos, según David Greenlee.
El ex embajador norteamericano relata que el actual director de la Agencia de Desarrollo de las Macrorregiones, en 2000 fue despedido del Ministerio de Defensa por una intervención estadounidense, “Él sospechó por mucho tiempo que EEUU estaba tras su despido, sospecha que tiene cierto mérito y se convirtió en un estridente antiestadounidense como resultado”.
Según el cable, Morales habría llamado la atención a Quintana al principio de la gestión porque habría estado más ocupado ubicando a su gente en empleos que atendiendo sus obligaciones.
Para Greenlee, Choquehuanca es una “figura decorativa” en el gabinete que no tiene mayor conocimiento en asuntos relacionados con la diplomacia internacional. El norteamericano calificó las intervenciones del canciller como “declaraciones curiosas” (puso de ejemplo la propuesta de reemplazar la leche por hoja de coca) y le asigna un rol “trivial” en el gabinete.
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