El Gobierno de Estados Unidos está considerando presentar cargos contra el fundador de la página de revelación de secretos Wikileaks, Julian Assange, ha reconocido el vicepresidente de la nación, Joe Biden, en una entrevista en el programa Meet the press de la cadena NBC. Biden ha calificado a Assange, que se encuentra en libertad bajo fianza en Reino Unido por una demanda por acoso sexual presentada en Suecia, de “terrorista de alta tecnología”. A Biden se le notó el enfado que ha provocado en Washington la publicación en cinco medios internacionales, entre ellos EL PAÍS, de 250.000 cables clasificados del Departamento de Estado. Admitió que considera a Assange un terrorista y, si su Gobierno presentara cargos contra él de acuerdo con esa clasificación, podría solicitar su extradición. El Pentágono cree, y quiere demostrar, que Assange incitó al soldado raso Bradley Manning a sustraer la información secreta de las redes del Pentágono para depositarla en los servidores de Wikileaks.
“Si conspiró para obtener esos documentos clasificados junto con un miembro del Ejército de EE UU, eso es algo fundamentalmente distinto a solo dejarle los documentos a alguien y decir: ‘Eres un periodista, te doy un material clasificado”, dijo Biden, intentando clarificar que Washington no le considera un informante del tipo de la garganta profunda del escándalo del Watergate, sino un conspirador. Si los juzgados le consideraran un informador, le protegería la primera enmienda de la Constitución estadounidense, que ampara la libertad de expresión.
Biden explicó cómo la publicación de los cables secretos ha afectado ya a su trabajo. “Ha supuesto un gran daño”, dijo. “Ha hecho más difícil para nosotros llevar a cabo nuestras negociaciones con nuestros aliados y amigos. Por ejemplo, cuando me reúno con el resto de líderes del mundo, hay un deseo ahora de hablar conmigo a solas, en lugar de tener a los demás asistentes también en la sala. Hace las cosas más complicadas”.
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