viernes, 22 de junio de 2012

El pedido de asilo de Julián Assange

Parece ser que los pedidos de asilo están de moda. Ya es conocido el caso del senador Roger Pinto, a quien Brasil le ha concedido ese derecho y espera ahora que Bolivia entregue un salvoconducto para que pueda abandonar el país. Pero hay un caso de mayor dimensión informativa, el de Julián Assange, fundador de Wikileaks, el sitio web destinado a revelar información reservada de gobiernos y empresas.

Assange, para evitar ser extraditado de Inglaterra a Suecia, de donde podría ser enviado a EEUU, ha pedido asilo en la Embajada de Ecuador en Londres. Assange es acusado de delitos sexuales por dos mujeres, algo que él niega tajantemente. Podría haber sido eventualmente forzado a salir de Suecia para ser enviado a EEUU, donde enfrenta acusaciones de terrorismo y otros delitos, alguno de los cuales incluyen como castigo la pena de muerte. Sus temores no son infundados: el militar norteamericano Bradley Manning, que entregó una parte de la información reservada que Wikileaks difundió, está detenido en una base militar estadounidense y enfrenta el riesgo de ser decretada contra él la pena de muerte. Manning recibe malos tratos y vejámenes en su encierro.

El caso de Wikileaks ha puesto a prueba el Estado de Derecho en los países de occidente. Primero, las acusaciones de las dos mujeres contra Assange son muy débiles, no aportan pruebas y son contradictorias. Segundo, contrariamente a lo sucedido en casos similares, la justicia inglesa rechazó sus apelaciones y ordenó su extradición a Suecia. Paralelamente, las grandes corporaciones financieras han ordenado cortar a Wikileaks, sin orden judicial alguna, los servicios de donaciones a través de tarjetas de crédito y débito, lo que ha sumido a esa organización en una profunda crisis. Por esta causa, Wikileaks ha perdido el 95% de sus ingresos.

Todo esto no puede sino reflejar las presiones que deben recibir esas empresas, y quizás los sistemas judiciales de Inglaterra y Suecia, de parte del Gobierno norteamericano, irritado por las filtraciones efectuadas por Assange en su sitio web. El Estado de Derecho, el debido proceso y la seguridad de Assange y Manning han sido violados por sólidas democracias occidentales.

Mientras tanto, el Gobierno ecuatoriano, no precisamente un ejemplo de permisividad informativa y de transparencia, ha señalado que estudiará el pedido de asilo de Assange. Pero incluso si aceptara concedérselo, ésta es una figura que no está en la tradición legal inglesa y no necesariamente podría ser concedido un permiso para que Assange pueda salir de la legación y dirigirse a un aeropuerto. Podría enfrentar, entonces, una incómoda situación de asilado político por un largo periodo, un preso de una cárcel lujosa.

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