viernes, 17 de agosto de 2012

Londres enfrenta espiral de críticas de América Latina


Al primer ministro británico, David Cameron, le acaba de estallar en sus manos una crisis que puede enturbiar aun más, tras los choques cada vez mayores con Argentina por las Islas Malvinas, las relaciones con América Latina.

Varios países latinoamericanos criticaron su decisión de no conceder un salvoconducto para que Assange pueda salir del Reino Unido.

Además, el canciller ecuatoriano confirmó que se realizarán, este fin de semana en su país, sendas cumbres de cancilleres de Unasur y Alba. El ministro también dijo que conversó con el secretario general de la OEA, José Miquel Insulza, quien le ofreció convocar “lo más pronto posible” una asamblea general extraordinaria del ente hemisférico para abordar el tema.

Inglaterra ha hecho recientes intentos por reforzar los lazos comerciales y diplomáticos con muchos países latinoamericanos, principalmente con Chile, Brasil, México y Colombia. Pero las tensiones recientes con Buenos Aires por las Malvinas, y ahora con Ecuador por haberle otorgado asilo político a Julián Assange, ponen en serios problemas un vínculo histórico y complejo marcado por intereses coloniales, de expansión comercial y de estrategia política.

En noviembre de 2010, el canciller británico William Hague afirmó que Londres buscaba nuevas oportunidades económicas, promoviendo inversiones inglesas en América Latina.

Hague llamó a poner un alto a la disminución de la diplomacia británica en América Latina y prometió aprovechar las oportunidades para la cooperación política, el comercio y la inversión.

“La lejanía del Reino Unido con América Latina se ha terminado”, dijo. Pues parece que no. Inglaterra enfrenta a un continente unido, sin complejos ideológicos y en plena bonanza económica. No será fácil para su Gobierno normalizar las relaciones con los regímenes latinoamericanos.

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