“CHICO”
Una película documental sobre la participación “valiente” del boliviano húngaro croata, llamada “Chico”, como era su apodo en la guerrilla, habría sido la publicidad que algunos bolivianos tomaron en cuenta para establecer contacto con Rosza. Para el Gobierno, estos contactos fueron los empresarios y políticos cruceños de élite; para la oposición, argumentando un supuesto correo electrónico filtrado, un tal “camarada Linera” hizo el enlace y dinero venezolano lo trajo de vuelta al país.
En Bolivia, ya junto a su “ejército” reunido y tras los conflictos de 2008, cuando se produjo la toma y destrucción de instituciones públicas por parte de cívicos y ciudadanos cruceños, Rosza se reunió con otras cuatro personas la noche del 15 de abril de 2009. En la madrugada del día 16 un operativo policial en el céntrico Hotel Las Américas de Santa Cruz de la Sierra dio fin a su vida, además de Michael Dwyer y Arpad Magyarosi, siendo arrestados Mario Tadic y Eload Toazo.
MINISTERIO DE GOBIERNO
El Gobierno ratificó que hubo un enfrentamiento y no una ejecución como acusaron los políticos de oposición. En un comunicado del 18 de octubre, el Ministerio de Gobierno señalaba que: “Los exámenes periciales científicos y técnicos del operativo realizado en el Hotel Las Américas, probaron que Jorge Eduardo Rozsa Flores, Michael Martin Dwyer y Arpad Magyarosi murieron cuando intentaron resistir el arresto haciendo uso de armas de fuego. El informe de balística afirma que hubo fuego cruzado en las habitaciones de estos tres elementos y no así en las habitaciones de Mario Tadic y de Eload Toazo”.
La oposición señaló que todo el aparataje de pruebas fue montado para implicar a líderes cruceños y desarticular el frente de contrapeso del actual régimen. Asimismo, advirtieron que durante la intervención policial se produjo una “ejecución sumaria” para callar la verdad de esta “conspiración”.
VIDEO PRUEBAS
Un vídeo presentado a fines de 2009 mostró a la policía Marilyn Vargas como un efectivo que tuvo por misión plantar pruebas en el hotel, donde además se apagaron las cámaras de seguridad minutos antes del operativo; seguidamente varias fotografías establecieron una presunta relación directa entre el teniente Wálter Andrade y Rosza Flores.
Finalmente, la fiscalía que lleva el caso, al mando de Marcelo Sosa, presentó a un testigo “clave”, Ignacio Villa Vargas –conocido como “el viejo”- que implicó a varios dirigentes políticos y cívicos del oriente con la denominada cédula terrorista.
Después de la polémica por la revelación de los cables de WikiLeaks, el diario El País de Madrid, España, publicó sobre el caso: “una fuente cercana al caso ofrece a la embajada de EEUU una versión muy diferente; los mercenarios, afirma este testigo, fueron contratados en realidad por los servicios de inteligencia bolivianos para montar una falsa trama terrorista y justificar la persecución desatada después contra los dirigentes de Santa Cruz, bastión opositor del Gobierno”.
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