Assange, fundador de WikiLeaks, provocó una nueva situación dramática al refugiarse el martes en la embajada de Ecuador, país al que ha pedido asilo político tras haber agotado, en 18 meses de batalla jurídica en Gran Bretaña, todos sus recursos posibles para escapar al pedido de extradición en Suecia.
"Es un último esfuerzo desesperado, porque él es un preso político", declaró a la prensa australiana Christine Assange, quien espera que Ecuador, "u otro país del Tercer Mundo", acoja a su hijo, de 40 años y ciudadano australiano.
Christine Assange agregó que "no tenía ninguna duda sobre el hecho de que los estadounidenses están intimidando a Ecuador, ahora mismo, para que abandone el caso", agregó.
"Cuando lo escuché esta mañana, me dije: has hecho bien, mi muchacho. Y esto demuestra su lucidez, ya que no hay ningún proceso legal correcto en este asunto", prosiguió.
"Espero que el Tercer Mundo pueda defender lo que moralmente es justo, cuando el mundo rico no puede o no quiere hacerlo, demasiado ocupado como está en tragar y en arrastrarse por tierra ante la codicia de Estados Unidos y de las grandes empresas", dijo con firmeza.
Para el senador Scott Ludlam, del partido de los Verdes, que respalda a Assange, "todo esto demuestra que el hombre ya no tiene ninguna confianza en la voluntad del gobierno de protegerlo o de defender sus derechos".
A Assange "le preocupa muchísimo ser procesado y extraditado a Estados Unidos, en base a acusaciones que podrían enviarlo a la cárcel de por vida", agregó el senador en declaraciones a la prensa.
La policía sueca quiere interrogar a Assange acerca de una denuncia por violación y agresiones sexuales contra dos suecas. Por su parte, Assange asegura que se trató de relaciones sexuales consentidas y dice ser víctima de un complot.
Según él, Estados Unidos busca hacerlo callar tras la divulgación en su sitio Wikileaks de cientos de miles de cables militares sobre las guerras de Irak y Afghanistán, así como cables diplomáticos del departamento de Estado.
También ha deplorado haber sido abandonado por su propio país, Australia, advirtiendo que si termina siendo extraditado a Estados Unidos es pasible de pena de muerte por espionaje. La primera ministra australiana Julia Gillard aseguró el martes que su país brindará asistencia consular a Assange.
AFP
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