La entrevista de Assange a Rafael Correa fue distendida y reflejó el aprecio del Presidente al periodista australiano, sobre todo al trabajo de investigación llevado a cabo por el controvertido portal de internet.
“Los Wikileaks nos fortalecieron porque las grandes acusaciones de la Embajada (de EEUU) eran el excesivo nacionalismo y defensa de la soberanía del Gobierno ecuatoriano. Y, por supuesto, que somos nacionalistas, y, por supuesto, que defendemos la soberanía del país. Muchos Wikileaks hablaban de todos los intereses que hay en los medios de comunicación nacionales, de los grupos de poder que van a pedir ayuda, a marcar tarjeta en embajadas extranjeras. Como dice el presidente de Bolivia, Evo Morales, el único país que puede estar seguro de que nunca va a tener golpes de Estado es Estados Unidos porque no tiene embajada estadounidense”, dijo Correa a Assange.
“Qué duda cabe de que en aquella conversación surgió empatía entre ambos” opina Mauro Cerbino, profesor de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales. Correa, aliado del venezolano Hugo Chávez, que no tiene reparos en arremeter contra Washington, dio entonces la bienvenida a Assange al “club de los perseguidos por decir la verdad al mundo sin miedo y con el compromiso de no detenerse ante ninguna situación”, concluye el catedrático Mauro Cerbino.
“Paradójica petición”
Sin embargo, no todos piensan del mismo modo. “Es una ironía que el símbolo de la libertad informativa y de las filtraciones a los periódicos se refugie en la Embajada del Ecuador, el país de América Latina que más está combatiendo a la libertad de expresión”, dijo a EFE Gonzalo Ortiz, decano de la Facultad de Ciencias Sociales y Comunicación de la Universidad Internacional del Ecuador.
El presidente del país andino, Rafael Correa, rechaza las acusaciones y afirma que su meta es frenar los abusos de una prensa que, en su opinión, sólo sirve a los intereses económicos de sus propietarios. Al mismo tiempo, ve con buenos ojos a Assange, por haber difundido documentos privados de Washington.
El lío Assange
Ofrecimiento En 2010, el entonces canciller ecuatoriano, Kintto Lucas, ofreció a Julian Assange la residencia ecuatoriana “sin ningún tipo de condicionamiento”. Aunque Correa aclaró que Lucas habló “a título personal” y no en nombre del Gobierno, luego alabó a Assange en una entrevista con un canal colombiano.
Panorama Assange agotó sus recursos legales en el Reino Unido para impedir su extradición a Suecia, donde está acusado de delitos sexuales; pero mantiene que el proceso en su contra tiene en realidad motivación política y que es perseguido por su trabajo en el portal de internet Wikileaks.
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