Assange, de nacionalidad australiana, ingresó imprevistamente a la embajada de Ecuador el 19 de junio de 2012 para evitar una orden de extradición a Suecia, país en el que está acusado de delitos sexuales, que él ha negado.
El canciller de Ecuador, Ricardo Patiño, visitó el domingo pasado a Assange en la embajada, y el lunes se reunió con el ministro de Relaciones Exteriores de Gran Bretaña, William Hague, con el propósito de buscar una salida para la situación del asilado, pero el resultado fue poco halagador.
“No encontramos otra respuesta del gobierno británico, más que la misma del primer día, en el sentido de que tiene obligación de cumplir con la normativa europea de detención y extradición”, resumió Patiño tras la reunión.
Lo único que logró es que Gran Bretaña acceda a formar una comisión de juristas que analizará el caso en las próximas semanas o meses.
Patiño destacó que Assange le dijo tener suficiente fuerza “para sostenerse por lo menos cinco años en nuestra embajada si no recibe el salvoconducto”. Assange, como asilado en la misión ecuatoriana, requiere de un salvoconducto para dejar la sede diplomática y salir de Gran Bretaña.
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