La llegada de Assange, en libertad condicional en una residencia cerca de Londres a la espera que se resuelva un pedido de extradición de Suecia bajo los cargos de violación, dio lugar a gritos de alegría.
"Apoyamos lo que está sucediendo aquí porque el sistema bancario en Londres es el que se beneficia del dinero proveniente de la corrupción", dijo Assange desde las escalinatas de la catedral de San Pablo, donde se concentraron los manifestantes.
La policía, criticada duramente por su falta de reacción durante los disturbios de agosto pasado y en anteriores manifestaciones estudiantiles, esta vez desplegó un imponente dispositivo de seguridad.
Sólo se registraron unos incidentes menores y dos personas fueron arrestadas, en una manifestación que la policía calificó de "mayoritariamente pacífica".
Los choques con la policía empezaron a producirse una hora
después del inicio de la marcha, mientras que los manifestantes, algunos enmascarados, trataban de dirigirse a la bolsa de Londres, según la AFP.
Los manifestantes, enmarcados por tres cordones de uniformados y policía montada detrás, esgrimían banderolas que proclamaban "No más recortes", en referencia a la política drástica de austeridad del gobierno británico, o incluso "Goldman Sachs es la obra del diablo".
La manifestación hace parte de una jornada de acción mundial del movimiento multiforme de los "indignados", surgido en España en la primavera.
Bajo la consigna "Unidos por un cambio mundial", están previstas manifestaciones en 951 ciudades de 82 países, según el sitio 15october.net.
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