250 mil documentos secretos, avergüenzan a Estados Unidos, revelando que sus embajadores, antes que diplomáticos, son espías. La mayoría de los cables, datan de los últimos tres años hasta febrero pasado.
Si es así, entre los 1.500 informes secretos salidos en 2008 de la embajada norteamericana en Bolivia, podrían contener detalles relativos al proceso separatista que Philip Goldberg, coordinaba activamente, junto con los separatistas de la “media luna” y su principal operador, el mercenario Eduardo Rozsa Flores.
La boca se hace agua, al pensar que de alguna forma, los medios de comunicación alternativos de Bolivia puedan acceder a esos documentos y darlos a conocer. Los otros, los medios que ayudaban al separatismo, no los buscarán nunca y menos para difundirlos.
Tienen que existir tales documentos, porque Goldberg no actuaba sólo, sino en coordinación con la CIA, la DEA, USAID y otros organismos dedicados al espionaje. Por eso, los separatistas actuaban con soberbia y seguridad de lograr la creación de un nuevo Estado en América Latina.
Por esa seguridad, la logia “Nación Camba” se atrevió a escribir al Secretario de Naciones Unidas, advirtiéndole para admitir al nuevo país que pronto se crearía en esta parte del continente. Poco antes del golpe cívico-prefectural el entonces presidente del Comité Pro Santa Cruz, Branko Marinkovic, dijo a las madres de los unionistas que se derramaría la sangre de sus hijos de manera “responsable”.
“La Torre” era el lugar donde se coordinaban las acciones para dividir Bolivia. Contaban con 42 millones de dólares, que hasta el momento no se sabe de dónde provenían, aunque un informe de Estados Unidos, señala que en 2010 Washington gastó más de 80.100 millones de dólares en su infernal telaraña de espionaje mundial.
De esa monumental suma 53.100 millones de dólares estuvieron destinados a inteligencia no-militar, a cargo de la CIA y 27.000 millones para operaciones del Pentágono. Con esos datos, se explica la gran cantidad de Ong’s organizadas por USAID en Bolivia.
Wikileaks, eligió esta vez, a los periódicos El País de España, The Guardian de Inglaterra, The New York Times de Estados Unidos, Le Monde de Francia y la revista alemana Der Spiegel para difundir la documentación. Casi con desesperación, la Secretaria de Estado Hillary Clinton, intenta evitar su socialización, negociando con esos medios.
Los secretos de la diplomacia norteamericana están quedando al desnudo, en tanto que los gobernantes sobre todo de Latinoamérica, tendrán la ocasión de conocer cómo se conspira desde las embajadas norteamericanas.
El cometido casi policial de las embajadas, sale a la luz pública para conocimiento de la opinión pública internacional y vergüenza del imperio. A través de esos informes, se sabe ahora que Estados Unidos, ordena a sus diplomáticos la recolección de inteligencia, al tiempo de realizar tareas de espionaje.
Los informes relativos a Bolivia, son importantes para los bolivianos, sobre todo si entre ellos están contenidos relativos a la conspiración que se desarrollo desde la embajada de Estados Unidos y que disminuyó con la expulsión de Philip Goldberg, el año 2008.
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