"A Unasur le falta todavía certificado de nacimiento", subrayó el diputado Andrés Ortega, de la opositora Convergencia Nacional (CN), al señalar que las embajadas estadounidenses desplegadas en América del Sur, en algún momento, recibieron la colaboración de líderes y gobiernos que hoy forman parte de ese bloque regional.
Según los documentos secretos de Washington filtrados por Wikileaks, en septiembre de 2008, la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, aceptó "cooperar" con EEUU para bajar las tensiones que tenía con el gobierno de Evo Morales, que echó al embajador Philip Goldberg, acusándolo de apoyar los planes conspirativos de la derecha boliviana.
"Muchos de los resultados que estamos viendo en Wikileaks tal vez vayan más en contra de los intereses de la izquierda que a favor de ellos, desnudando sus propias debilidades. Hay demasiada información que va generar susceptibilidades", sostuvo Ortega.
Unasur está integrado por Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Surinam, Venezuela y Uruguay.
Por su parte, el diputado de CN, Javier Leigue, dijo que la posición de la mandataria argentina obedece a la preservación de las "buenas" relaciones comerciales que tiene su país con EEUU.
"Y no me parecería raro que así también otros países, de una u otra manera, hayan puesto sobre la mesa sus buenos oficios para mejorar las relaciones con Estados Unidos", manifestó
Leigue consideró que las revelaciones de Wikileaks sólo sirven para que la prensa haga "bonitos" titulares que venden mucho, pero no afectará seriamente al gobierno estadounidense.
"Seguramente que va a haber algunos conflictos diplomáticos, pero de ninguna manera yo creo que se atrevan a romper con Estados Unidos, porque la mayor parte de los países, especialmente de América Latina, tienen relaciones comerciales y no deja de ser un mercado muy grande y muy importante para sus países", remarcó.
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