Assange, refugiado desde hace más de cinco meses en la Embajada de Ecuador con la esperanza de obtener un salvoconducto del Gobierno británico para asilarse en el país suramericano, se negó a responder a las preguntas de la presentadora de la CNN Erin Burnett sobre las supuestas violaciones a la libertad de expresión en esa nación.
"Ecuador es insignificante", dijo Assange cuando Burnett le preguntó por qué no contestaba sus preguntas sobre el Gobierno de Rafael Correa.
"Es muy importante para mí, y su gente ha sido muy generosa conmigo, pero no es un actor mundial importante", prosiguió.
"Suramérica y los acontecimientos que ocurren en Suramérica son interesantes y significativos, pero no son el tema ahora. El tema es lo que nos pasa a todos, lo que cuenta este libro", indicó blandiendo una copia de su recién publicada obra "Cypherpunks: La libertad y el futuro de Internet".
Assange evitó así pronunciarse sobre un informe del Comité para la Protección de Periodistas (CPJ) citado por Burnett y según el cual Ecuador es "uno de los países más restrictivos" con la libertad de prensa.
"No quiero hablar de pequeñas cosas sobre Ecuador", insistió Assange, que reconoció que la libertad de prensa es "muy importante", pero "también lo es la decadencia de la legalidad".
Utilizó ese mismo argumento para evitar confirmar si padece de una afección pulmonar crónica que puede agravarse, como aseguró este martes la embajadora de Ecuador ante el Reino Unido, Ana Albán.
"Julian Assange no es importante. La mía es una situación extraordinaria, y lo ha sido durante meses, pero lo que es importante es lo que nos afecta a todos: que la democracia ha muerto detrás de puertas cerradas", zanjó.
El periodista australiano también se pronunció sobre la situación del soldado estadounidense Bradley Manning, acusado de filtrar miles de documentos a WikiLeaks y que esta semana asiste a las audiencias previas a su juicio en la base de Fort Meade (EE.UU.), con la esperanza de evitar una condena a cadena perpetua.
"El caso (contra Manning) no es sobre si reveló documentos, es sobre cómo le trataron. La propia ONU ha dicho que su tratamiento fue equivalente a la tortura, y se produjo para forzar una confesión que acabara conmigo o con WikiLeaks", aseveró Assange.
La situación de Manning es "un reflejo de la decadencia de la legalidad" en EE.UU. y ha generado "un serio problema en las Fuerzas Armadas" y una "sensación de falta de rendición de cuentas que se está expandiendo a otras partes de nuestras vidas".
Manning está acusado de haber filtrado a WikiLeaks cientos de documentos sobre la guerra de Irak y Afganistán mientras trabajó como experto de inteligencia para el Ejército estadounidense, y de 250.000 cables diplomáticos, filtración en la que se basa precisamente el temor de persecución política de Assange.
El australiano, requerido por delitos sexuales en Suecia, mantiene que si ese país lo extradita a Estados Unidos podría afrontar la pena de muerte por publicar información confidencial.